Especialistas del Instituto de Ciencias para la Familia definieron, desde la academia, términos como sexo y género, y equidad e ideología de género. Advirtieron la confusión que promueve el relativismo por intereses económicos e ideológicos.
Por Tania Elías. 03 septiembre, 2018.
Durante la segunda jornada de los diálogos reflexivos sobre los desafíos del matrimonio, la familia y la paternidad, la magíster Gloria Huarcaya señaló que a pesar de la devaluación del término “género” y la confusión por su uso, en el campo de las ciencias sociales, el ámbito educativo y de desarrollo es posible su aplicación de una forma técnica. Ello implica, agregó, distinguir los conceptos de sexo y género y comprender su posibilidad de una relación complementaria, solo conflictiva en reducidos casos de disfuncionalidad.
“Sexo y género no son lo mismo. No es conveniente usarlos como sinónimos, pero tampoco como contrapuestos antagónicos, aunque sí complementarios”, explicó. Citó a Pedro Viladrich y Castilla de Cortázar para agregar que mientras sexo sería un dato biológico recibido, el género remitiría al factor cultural y cambiante, característico de la persona que, naciendo inerme y poco concluida, desarrolla su naturaleza en una cultura y un modelo social, gracias a un entorno educacional y, sobre todo, a su libertad.
Al referirse a la ideología de género, Huarcaya explicó que pretende legitimar la trascendencia del género (elemento subjetivo por su naturaleza sociocultural y temporal) por encima del sexo biológico y la naturaleza humana. Esta promueve, entre otras ideas, una oposición permanente entre naturaleza y cultura, entre sexo y género. Producto de ello, “no se comprende que aquellos roles sociales tradicionales que varón (proveedor) y mujer (cuidadora de casa) han desempeñado puedan evolucionar al compás de la equidad, la cooperación mutua, la corresponsabilidad, inspirados en el amor a la familia”.
Para la especialista del Instituto de Ciencias para la Familia (ICF), de la UDEP, el género como categoría de análisis social puede tener un uso no ideologizado si se cimienta sobre una antropología integral y se usa como un catalizador de la igualdad de oportunidades. Al referirse a la equidad de género agregó que se refiere al enfoque de desarrollo humano que promueve la igualdad de derechos y oportunidades y respeta los derechos fundamentales de varones y mujeres pues ambos tienen condiciones para contribuir y beneficiarse del desarrollo económico, social y cultural.
Antropología
La doctora Genara Castillo, filósofa y docente de la Facultad de Humanidades, citó las claves de la antropología que permiten defender, de manera profunda, las identidades de varón y mujer. Según explicó, a diferencia de la ideología de género, que por su concepción marxista quiere establecer la lucha entre estas personas, la antropología más bien reconoce que no son contrapuestos sino complementarios.
Desde la antropología, recordó que la sociedad es el estatuto mediante el cual los seres humanos intercambian sus diferentes capacidades al servicio del otro. Aplicado a los tipos humanos varón y mujer, comentó que los atributos o características que tienen cada uno están en función del servicio y complementariedad.
“Los dos están ordenados a la complementariedad. Esa capacidad de las mujeres de cuidar algo tan complejo como el ser humano, que se puede convertir en algo complicado, tiene en la visión masculina directa, un apoyo, para superar esa situación. Es un intercambio”, remarcó.
Agregó que, desde la ideología de género, darle hegemonía al varón sobre la mujer o viceversa, es promover la destrucción de la familia. Frente a lo que considera una crisis, por los intereses de alentar la lucha entre estos tipos humanos, señaló que es necesario profundizar en estos temas.
*Los Conversatorios Familia y Sociedad continuarán el próximo 13 de setiembre con el tema “Integración, trabajo, familia: una realidad posible”.
